Una de las canciones más bonitas -y más tiernas- en dos voces muy distintas. Está la clásica versión de Elvis, quizá insuperable, con su fatástica voz y su maravillosa calma, y está la versión de Mick Ronson, más glam y más rock, más desgarrada.
Disfrutad.
VIA TRIESTE 19
domingo, 2 de marzo de 2014
viernes, 29 de noviembre de 2013
alabama song
Alabama Song o cómo tanto los Doors como Bowie versionan a Bertolt Brecht.
No sé cuál me gusta más.
No sé cuál me gusta más.
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martes, 22 de octubre de 2013
eat raw meat = blood drool
Ayer empecé mis clases prácticas de conducir; después de tener el teórico aprobado desde julio, encontraron un hueco en la autoescuela para mí. Fue emocionante; y pasé miedo.
Pero el lunes pasado fue mejor. No todas las semanas empiezan así. No todos los lunes se va una a ver a Editors a la Riviera.
¿Qué decir de la voz de él que no haya dicho hasta ahora? Que me casaría con él. Que sus huesos son maravillosos, que sus movimientos me encantan.
Eat Raw Meat = Blood Drool es una de las que más me gustaron en el concierto; es un tema que cada vez me gusta más. Os lo dejo también en un vídeo en directo, porque la verdad es que en el concierto sonó brutal, para que os hagáis una idea.
A ver si vuelven pronto por aquí...
Pero el lunes pasado fue mejor. No todas las semanas empiezan así. No todos los lunes se va una a ver a Editors a la Riviera.
¿Qué decir de la voz de él que no haya dicho hasta ahora? Que me casaría con él. Que sus huesos son maravillosos, que sus movimientos me encantan.
Eat Raw Meat = Blood Drool es una de las que más me gustaron en el concierto; es un tema que cada vez me gusta más. Os lo dejo también en un vídeo en directo, porque la verdad es que en el concierto sonó brutal, para que os hagáis una idea.
A ver si vuelven pronto por aquí...
sábado, 21 de septiembre de 2013
de la noche a la mañana
Ayer volviendo de sitios lejanos, a quinientas paradas de metro de mi casa, terminé Drácula. Hoy comparto con vosotros De la noche a la mañana, una canción de Amaral que hacía mucho que no escuchaba y que viene a decir lo mismo, pero en vez de en trescientas y pico páginas, en unos cuantos versos.
sábado, 14 de septiembre de 2013
no hablar de sopa ni de salmón ni de patos
Terminé de leer Un cuarto propio, de Virginia Woolf. Tenía ganas de leerlo desde hace tiempo; estaba entre mis pendientes. A pesar de ser cortito, lo leí muy poco a poco, precisamente por lo mucho que me estaba gustando, por todas las notas que fui cogiendo y todas las cosas que dice a las que luego les doy vueltas.
Entre todas esas notas, este fragmento, en las primeras páginas del libro, que quiero compartir con vosotros:
"Es un hecho curioso que a los novelistas les gusta hacernos creer que los almuerzos son invariablemente memorables por algo graciosísimo que se dijo, o algo muy prudente que se hizo. Pero es raro que concedan una palabra a lo que se comió. Forma parte de la convención novelística no hablar de sopa ni de salmón ni de patos, como si la sopa y el salmón y los patos carecieran de importancia; como si nadie hubiera fumado un cigarrillo o bebido un vaso de vino. Ahora, sin embargo, me tomaré la libertad de desafiar esa convención y de contarles que unos lenguados inauguraron ese almuerzo, unos lenguados sumergidos en una fuente honda, sobre los cuales el cocinero del Colegio había extendido una capa de blanquísima crema, aunque la jaspeaban borrones pardos como las manchas en el pelo de una cierva. Después llegaron las perdices, pero si esto sugiere una yunta de pájaros pelados y pardos en una fuente, mucho se equivocan. Las perdices, varias y múltiples, llegaron con su debida escolta de salsas y ensaladas, las picantes y las dulces, todas en orden; sus papas, finas como fichas pero no tan duras; sus repollitos brotados como botones de rosa pero más suculentos. Y no bien hubimos cumplido con el asado y su escolta, el silencioso servidor, quizá el mismo Bedel en una encarnación más tranquila, erigió, festoneado de servilletas, un postre que nació todo azúcar de las olas. Llamarlo budín y vincularlo con arroz y tapioca sería un insulto. Mientras tanto, las copas de vino se habían sonrojado y dorado; vaciado y colmado."
Un cuarto propio.
Virginia Woolf
sábado, 10 de agosto de 2013
preludio en funk menor
No tengo perdón: tener desde hace tanto tiempo este maravilloso disco de Boss and Over y no haberle hecho aún una reseña...
Preludio En Funk menor comienza diciéndote que, desde luego, no te vas a aburrir con su contenido, porque desde su primera canción, Introglicerina, te demuestra que es un tipo de música bailable y divertida, no hay más que ver el título de este primer tema, o del segundo: What The Funk, una canción increíblemente enérgica.
Luego, con un principio algo más calmado, comienza Orgasm, sin duda uno de mis temas favoritos del álbum. Puedo afirmar desde la primera vez que escuché este tema en directo que, además, tiene un estribillo increíblemente pegadizo; es una de estas canciones que no sólo escuchas (por fuera) , sino que también te suenan por dentro, te van llenando.
El grupo deja ver una vez más su originalidad cuando comienza el siguiente tema del disco con la frase "¿Por qué todas las canciones tienen que ser en cuatro por cuatro?". A Typical Song es el single de este álbum (os dejo el vídeo para que lo podáis disfrutar).
The Ball es el quinto tema, con una letra que me ha encantado y un estribillo increíblemente potente ("I wanna run away from myself"). Es otro de estos temas que, tras ver en directo, me gusta aún más. La potencia de la voz y las melodías que van desarrollando todos los instrumentos, el ritmo, todo, encaja a la perfección. El grupo es capaz de crear una atmósfera propia.
El siguiente tema se llama Confused, otra muestra del estilo del disco y de esta banda madrileña, que puedo asegurar que indiferente no te deja. Después llega Yonki, el único tema en castellano del disco, en el que Sandra de la Portilla junta su (increíble) voz a la de Mario Boville (de Alpargata).
Comienza luego Deep Into Ourselves, con un principio algo teatral (como a mí me gusta, al fin y al cabo) y una melodía que me encanta (y se me pega, y no soy la única, porque a veces descubro a otros de mi alrededor tarareándola). He de decir que verles en concierto no es tan sólo ver a un grupo tocar y punto, sino ver a un grupo actuar (en el mejor de los sentidos), montándose historias y haciendo que el público se anime tema a tema. La presencia de todos los miembros de la banda en el escenario es algo innegable.
Os dejo este tema en directo para que veáis de lo que os hablo, para que disfrutéis del grupo en todo su esplendor.
Y así llega I Want It, otro de esos temas potentes, en el que se mezcla la guitarra con el saxo. Y es que la banda cuenta con una formación curiosa: una voz nada típica, un guitarrista y un bajista capaces de intercambiar sus instrumentos (tanto en directo como en el disco), un batería idóneo para llevar esos ritmos complejos y... ¡un saxo tenor!
Por último, el disco termina con el tema Fly Platipus, ese que todo el público espera siempre ansioso. Una muestra más de lo mucho que vale este grupo.
Y es que cualquiera que les escuche puede afirmar 'FUNK'S NOT DEAD'.
Preludio En Funk menor comienza diciéndote que, desde luego, no te vas a aburrir con su contenido, porque desde su primera canción, Introglicerina, te demuestra que es un tipo de música bailable y divertida, no hay más que ver el título de este primer tema, o del segundo: What The Funk, una canción increíblemente enérgica.
Luego, con un principio algo más calmado, comienza Orgasm, sin duda uno de mis temas favoritos del álbum. Puedo afirmar desde la primera vez que escuché este tema en directo que, además, tiene un estribillo increíblemente pegadizo; es una de estas canciones que no sólo escuchas (por fuera) , sino que también te suenan por dentro, te van llenando.
El grupo deja ver una vez más su originalidad cuando comienza el siguiente tema del disco con la frase "¿Por qué todas las canciones tienen que ser en cuatro por cuatro?". A Typical Song es el single de este álbum (os dejo el vídeo para que lo podáis disfrutar).
The Ball es el quinto tema, con una letra que me ha encantado y un estribillo increíblemente potente ("I wanna run away from myself"). Es otro de estos temas que, tras ver en directo, me gusta aún más. La potencia de la voz y las melodías que van desarrollando todos los instrumentos, el ritmo, todo, encaja a la perfección. El grupo es capaz de crear una atmósfera propia.
El siguiente tema se llama Confused, otra muestra del estilo del disco y de esta banda madrileña, que puedo asegurar que indiferente no te deja. Después llega Yonki, el único tema en castellano del disco, en el que Sandra de la Portilla junta su (increíble) voz a la de Mario Boville (de Alpargata).
Comienza luego Deep Into Ourselves, con un principio algo teatral (como a mí me gusta, al fin y al cabo) y una melodía que me encanta (y se me pega, y no soy la única, porque a veces descubro a otros de mi alrededor tarareándola). He de decir que verles en concierto no es tan sólo ver a un grupo tocar y punto, sino ver a un grupo actuar (en el mejor de los sentidos), montándose historias y haciendo que el público se anime tema a tema. La presencia de todos los miembros de la banda en el escenario es algo innegable.
Os dejo este tema en directo para que veáis de lo que os hablo, para que disfrutéis del grupo en todo su esplendor.
Y así llega I Want It, otro de esos temas potentes, en el que se mezcla la guitarra con el saxo. Y es que la banda cuenta con una formación curiosa: una voz nada típica, un guitarrista y un bajista capaces de intercambiar sus instrumentos (tanto en directo como en el disco), un batería idóneo para llevar esos ritmos complejos y... ¡un saxo tenor!
Por último, el disco termina con el tema Fly Platipus, ese que todo el público espera siempre ansioso. Una muestra más de lo mucho que vale este grupo.
Y es que cualquiera que les escuche puede afirmar 'FUNK'S NOT DEAD'.
martes, 23 de julio de 2013
special needs
Hace unos días cumplí los 19. A pesar de los lazos, de las faldas de cuadros, de los bolsos de Bob Esponja -de la altura y el peso-, no soy tan niña ya. Y eso me pone triste, muy triste.
Cuando cumplí los 18 al menos conseguí entrar a conciertos sin necesidad de usar DNI ajeno de personas a las que no me parecía en nada, sin necesidad de montar números o hacer pactos con los de la puerta. Pero con 19, ¿qué consigo?
Y encima empiezo a hacer cosas de mayores. Acabo de volver de hacer el teórico de conducir y pronto empezaré una carrera nueva.
Pero bueno, celebrémoslo aún así. Estaría bien escuchar Special needs, de Placebo. Con todos vosotros:
"Just 19 and sucker's dream I guess I thought you had the flavour.
Just 19 and dream obscene with six months off for bad behaviour."
Cuando cumplí los 18 al menos conseguí entrar a conciertos sin necesidad de usar DNI ajeno de personas a las que no me parecía en nada, sin necesidad de montar números o hacer pactos con los de la puerta. Pero con 19, ¿qué consigo?
Y encima empiezo a hacer cosas de mayores. Acabo de volver de hacer el teórico de conducir y pronto empezaré una carrera nueva.
Pero bueno, celebrémoslo aún así. Estaría bien escuchar Special needs, de Placebo. Con todos vosotros:
"Just 19 and sucker's dream I guess I thought you had the flavour.
Just 19 and dream obscene with six months off for bad behaviour."
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