Sin embargo, esta vez me mandaron leer El túnel, de Ernesto Sábato. Y no os digo que sea lo mejor que he leído nunca, pero al menos es ligero, ameno, fácil... y eso se agradece.
No me gusta cuando los libros que me mandan en clase me obligan a interrumpir las lecturas que hago por mi cuenta. En mi opinión esa idea de obligar a leer a los niños y adolescentes es tan sólo una manera más de alejarles de la lectura.
Lo que hice esta vez, con El túnel, fue leerlo sólo en mis viajes en metro. Así, en casa podía seguir leyendo lo que quisiese. Lo único malo fue que tuve que renunciar a un poco de iPod (que es lo que suelo ir haciendo cuando viajo), pero mereció la pena.
Ante la pregunta de si me conseguí terminar el libro para la fecha indicada por la profesora, la respuesta es que no. Nunca lo hago. Siempre hago los exámenes y los trabajos sobre las lecturas obligatorias cuando a penas me las he comenzado a leer. Así que dije que me había terminado El túnel cuando apenas llevaba unas pocas páginas y luego, un par de semanas después, me lo leí de verdad.
"Cuando me entregué, en la comisaría, eran casi las seis.
A través de la ventanita de mi calabozo vi cómo nacía un nuevo día, con un cielo ya sin nubes. Pensé que muchos hombres y mujeres comenzarían a despertarse y luego tomarían el desayuno y leerían el diario e irían a la oficina, o darían de comer a los chicos o al gato, o comentarían el film de la noche anterior.
Sentí que una caverna negra se iba agrandando dentro de mi cuerpo."
El túnel.
Ernesto Sábato.
2 comentarios:
Como bien dices, El Tunel es ameno, ligero y agradecido, aunque mejor leerlo sin presiones ni obligaciones. Besos.
Sin presiones ni obligaciones, todo gusta un poco más, Johnny.
Ahora estoy con Nada, que también me lo han mandado en clase. Y este me está costando un poquito más...
Gracias por pasarte. Besos.
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