Siempre que paseo por Preciados o por los alrededores de Ópera me encuentro a una chica que canta acompañada de un chico que toca la guitarra. Se ponen en la calle y siempre hay un corro con mucha gente alrededor. Siempre pensé que me gustaba su estilo, su voz...
Por otro lado, cuando supe que Pepper & The Stringalings iban a tocar en la Costello acompañados de otro grupo llamado Boss n Over, se me ocurrió buscar dicho grupo en internet para ver qué tipo de cosas hacían. Escuché varios temas suyos en su
Facebook y en su
Myspace y la verdad es que me gustó su estilo (o más bien su mezcla de estilos).
Cuando llegué anoche a la Costello y me enteré de que la cantante de Boss n Over era la misma que había visto tantas veces cantando en el centro, todo encajó.
Éste fue el primer grupo en tocar. Estos chicos tienen un estilo con el que te entran ganas de bailar; una fusión de diferentes estilos que dan como resultado un sonido característico únicamente de esta banda.
Además, el público claramente se divertía, y se movía al ritmo y coreaba las canciones que iban apareciendo a lo largo de su actuación. Los miembros del grupo se mostraban cercanos y el concierto se hizo corto.
Pero luego llegaron
Pepper & The Stringalings , con la potencia que les caracteriza. Uniformados de rojo y negro (como nos llevan acostumbrando a ver en sus últimas actuaciones), comenzaron con Ronky Pengüin (uno de los temas nuevos del grupo) y siguieron con ese temazo que es Ronky Monkey. Luego llegaron canciones algo más lentas, más relajadas. Pasamos de saltar a movernos de un lado a otro (incluso con algún mechero en alto) con canciones como Love dies alone o Please.
El público se mostró más animado que nunca, tarareando e incluso cantando temas de
su primer disco, como Ronky Donkey o Prinstiped bullet.
Y así, entre unas canciones y otras, todas geniales y que movían al público a saltar y quedarse afónico, el concierto fue avanzando a lo largo de la noche. Cuando todo parecía haber terminado, volvieron a salir al escenario para ofrecernos otros dos temas: Ronky Turkey (un adelanto del que será su segundo disco) y Shot of your Love (con el que suelen cerrar los conciertos).
Los cuatro miembros del grupo estuvieron fantásticos. La voz de Pepa Solana -la cantante- sonó de una manera maravillosa (como siempre) y Rodry García -el bajista- estuvo durante todo el concierto increíble. Además, durante la actuación hubo alguna sorpresa, como el fragmento de la Sinfonía nº40 de Mozart, que Javi Alcázar -el guitarrista- tocó en uno de sus solos, con su Red Special; o el fragmento de Ciudadano Kane que Eduardo Molina -el baterista- recitó en mitad del concierto, a lo Jack White.
Vamos, dos grupos para apuntar, porque parece que llegarán lejos. Una gran noche para disfrutar de los nuevos talentos de este país: el futuro de nuestra música.