domingo, 7 de octubre de 2012

y la roca gritó

Releyendo esta pequeña historia de Bradbury, voy a parar a un párrafo que todos debéis leer:

"Cómo se estrechan los horizontes, cómo se acercan. Hace un año no había para nosotros cuatro direcciones, sino un millón. Ayer se habían reducido a cuatro; podíamos ir a Juatala, Porto Bello, San Juan Clementas o Brioconbria. Nos contentábamos con tener nuestro coche. Luego, cuando no pudimos conseguir gasolina, nos contentábamos con conservar nuestra ropa; luego, cuando nos sacaron la ropa, nos contentábamos con encontrar un lugar para dormir. Nos sacaban todos los placeres, y encontrábamos rápido consuelo. Dejábamos algo, y nos atábamos rápidamente a otra cosa. Supongo que es humano. Y al fin nos sacaron todo. Nada nos quedó. Excepto nosotros mismos. Sólo quedamos yo y Leonora, en esta plaza, pensando demasiado. Y lo que cuenta al fin es si podrán apartarte de mí, Leonora, o apartarme de ti, y no creo que puedan. Se han llevado todo lo demás, y no los acuso. Pero no pueden hacernos nada nuevo. Cuando quitas las ropas y adornos, quedan dos seres humanos que son felices o desgraciados, juntos, y nada más."
Y la roca gritó.
Ray Bradbury.

2 comentarios:

Möbius el Crononauta dijo...

Qué bueno. Aun tengo mucho de Bradbury por descubrir.

saludos

Anastasia dijo...

Yo también. Es un escritor increíble y siempre recomendable.
¡Gracias por pasarte!