viernes, 7 de septiembre de 2012

fashion night out (2012)

Todavía tengo que hacer la crónica del desfile de Carlos Diez y del de María Escoté, pero es que ayer hubo otro evento relacionado con la moda en Madrid y en otras tantas ciudades del mundo simultáneamente: la Fashion Night Out. Acudí por tercera vez, acompañada de nuevo de las personas mejor vestidas que me podían acompañar: Elisa, Santi, María y Tom (este año echamos de menos a Samuel).

Esta vez, en vez de ir a Tribunal (como el año pasado), fuimos por la zona de Serrano, supongo que porque una a diario está menos acostumbrada a entrar a Chanel que a Kiko o H&M.

Para ir elegí una camisa transparente negra, combinada con unas mallas en tonos grises que compré a principios de verano en Tribunal y aún no había estrenado. Llevaba unos tacones de color rojo oscuro de Salvador Bachiller y un bolso de Desigual. El peinado: dos trenzas, muy 'naif'. El maquillaje: lápiz de ojos negro y rimmel, y también colorete (L'Oreal);  pintalabios nº22 y pintauñas verde agua, ambos de Kiko.
Además, luego caí en la tentación de comprar una máscara de pestañas increíblemente exagerada en Sephora. La chica de la tienda lo vendía todo demasiado bien, así que no pude evitar salir de la tienda con una.

En cuanto a las tiendas, he de decir que algunas se preparan para este día mejor que otras.
Un ejemplo de tienda que lo hizo realmente bien fue Salvador Bachiller, que vistió a todas sus empleadas de charlestón y contrató a unas bailarinas que vistió de la misma manera para que bailasen en el escaparate. Una gran idea. Además, daban cócteles que estaban muy ricos (los mejores que probé anoche) y bolsas de telas muy monas. Si comprabas algo, también te regalaban un lazo dorado de piel (precioso).
También lo hicieron muy bien tiendas de maquillaje como Mac o la ya mencionada Sephora, en las cuales te maquillaban gratis.
En Frey Wille (que además podría afirmar que es mi joyería favorita) daban café etíope, hidromiel y unas extrañas aunque ricas empanadillas rellenas de lentejas. A pesar del reducido espacio del local, fue una de las tiendas con ideas originales.

Las tiendas que no lo hicieron bien fueron, por ejemplo, Valentino o Versace, que estaban cerradas (algo que da bastante mala imagen al público). Y peor aún lo hicieron Missoni y Ekseption, que organizaron eventos privados para los cuales se necesitaba invitación. Me parece mal teniendo en cuenta que la Fashion Night Out es considerada una fiesta para acercar la moda a la gente no tan rica que normalmente no va a tiendas así; es una noche (en teoría) para ir a tiendas a las que no sueles ir y para que las tiendas organicen actividades para el público. Si la fiesta que se realiza es privada, no tiene ningún sentido que esa tienda figure como una de las cuales entran en el juego o en el circuito de la Fashion Night Out.
En el Ekseption pinchaba David Delfín, pero no pudimos entrar, por supuesto. Un par de horas antes, me lo había encontrado en la calle y me había hecho una foto con él. Realmente surrealista todo.
Pelayo también pinchó, al parecer, en COS, pero no fui. 
En la carpa de Vogue, donde el fotocoll, pinchaba Mario Vaquerizo, al que tuve oportunidad de ver de muy de cerca y que de hecho le dijo a uno de mis amigos señalando la camiseta que llevaba puesta "Mira que bonito el Bowie".

Nada más que decir, creo, de la noche de la moda de este año. Demasiada gente. Pero mereció la pena el dolor de pies.
Ah, sólo una cosa más: mientras escribo esto, suena de fondo Enamorado de la moda juvenil, de Radio Futura.

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