miércoles, 22 de septiembre de 2010

lydia delgado (cibeles madrid fashion week)

El lunes fue Montesinos. Hoy ha sido Lydia Delgado.

Recuerdo que busqué la página web de esta diseñadora hace un par de años porque en una revista (no recuerdo muy bien cuál) encontré un reportaje con muchas modelos (o actrices, no me acuerdo muy bien de los detalles); el caso es que muchas de las chicas que aparecían en el reportaje llevaban chorreras y gorgueras y prendas dignas de una obra de teatro. Es algo que me vuelve loca, ese tipo de prendas me encantan. Y más aún en aquella época, porque no dibujaba otra cosa. Debido a mi obsesión, el reportaje no pasó desapercibido ante mis ojos; me dirigí a una de las esquinas inferiores de la revista buscando la marca de las prendas que me gustaban; la mayoría de ellas estaban firmadas por Lydia Delgado. 
Desde entonces, le tengo un gran respeto y una gran admiración a esta diseñadora.

Cuando me enteré de que iba a ir a este desfile me alegré mucho.

Y por fin empezó.

Y al empezar todas las prendas me parecieron raras. No raras en sí; raras comparado con lo que estoy acostumbrada a ver por parte de esta diseñadora. Los primeros vestidos (en su mayoría minifalderos), nunca habría adivinado que habían sido creados por ella; tenían adornos de anclas y un aire marinero extraño. Y los siguientes vestidos tampoco me parecieron de su estilo; eran también minifalderos y con partes de diferentes colores (si me hubiesen dicho que pertenecían a un desfile de Custo, me lo habría creído).

Pero luego llegó lo que esperaba ver de Lydia Delgado. Llegaron los colores oscuros, las modelos con aspecto de muñecas melancólicas en medio del otoño.

Después llegaron los vestidos largos, de noche. 
Primero una serie de vestidos en color turquesa, de tela vaporosa y, en su mayoría, con la espalda al aire. Luego, alguno en dorado, más ajustado y también muy escotado por la espalda. También ha habido vestidos negros, de una elegancia extravagante.
Y por último el blanco. Vestidos con escote de corazón, con escote palabra de honor, ajustados o no tan ajustados. Y con este color se cerró el desfile; todo terminó con un vestido cuya falda tenía una caída espectacular y que por arriba estaba hecho de una tela transparente y con un corte parecido al de una camisa; sospecho que a la modelo que lo llevaba no le gustaba mucho, ya que se notaba que no era cómodo caminar con él... se pisaba el blanco de la falda con sus tacones dorados, sin embargo, el público miraba con asombro.

El desfile se ha hecho corto (muy corto) y el sonido que le acompañaba era desesperante, escalofriante y molesto.
Por lo demás, ha sido fantástico poder estar allí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sorpresaa !!