miércoles, 24 de noviembre de 2010

homenaje a freddie mercury


Un día como hoy supuso una tragedia para el mundo de la música. El día 24 de noviembre de 1991 Freddie Mercury era derrotado por el SIDA.
Sin embargo, cuando me emociono con cada una de las canciones de Queen en las que oigo su voz, su presencia me parece cercana. No está muerto. La Reina no ha muerto. Me niego a pensar que cada vez que escucho Bohemian Rhapsody o Let me entertain you escucho una voz muerta. Me niego a pensar que nunca podré escuchar a Freddie Mercury en directo. Me niego a conformarme con un cuarto de Queen o con la mitad de Under pressure.
¿Por qué?
Yo no quiero asumirlo. Realmente le escucho con la esperanza de verle algún día en concierto.

Últimamente estoy muy enganchada a Jazz. A night at the opera sigue sin abandonarme, sin dejar de ser mi preferido, pero digamos que Jazz va avanzando puestos en mi lista.
Por eso hoy cuelgo aquí Mustapha. Cuando tuve la oportunidad de escuchar por primera vez esta canción, quedé en estado de shock. Qué estrafalaria. Qué increíblemente seria al mismo tiempo. Cuánta fuerza, cuánta energía, cuánta originalidad.
Sigo sin entender el porqué de esta canción. Me da igual. No quiero saberlo. Además, por lo que tengo entendido, ninguna de las frases quiere decir nada (salvo "Allah will pray for you", claro).

Sé que esta entrada no premia a Freddie por su trayectoria todo lo que debería. Era un personaje que lo merecía todo. Era una persona capaz de llamar la atención de todos, capaz de levantar todo tipo de rumores acerca de su vida sin apenas conceder entrevistas durante su carrera. Fue capaz de enamorarme sin haber coincidido con él en tiempo o en espacio. Es capaz de que le eche de menos y de que a la vez le sienta más cerca que a muchos otros.
Sé que esta entrada no es suficiente, pero yo no puedo hacer más. Sólo queda cerrar los ojos y comenzar a escuchar en el estómago ese principio escalofriante... "Ibrahim, Ibrahim, Ibrahim"...

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