No habría estado mal acercarse hoy al Palacio de los Deportes para ver cómo un montón de niñas (y algún que otro niño) de entre 12 y 30 años se amontonaba en la Avenida Felipe II -donde los 'skaters' (que seguramente en su mayoría odien al protagonista de todo este embrollo, a pesar de lucir las mismas gorras y el mismo flequillo) van a pasar el rato cada tarde- esperando ver a su ídolo imberbe: Justin Bieber.
De verdad que no habría estado mal. Me han dicho que hay niñas en ese concierto que han venido desde Grecia y yo, que vivo en la ciudad que ha acogido a este joven artista, he preferido no acercarme. También me han dicho que había otras niñas que llevaban acampando en la puerta del Palacio más de 10 días, para un concierto que no creo que llegue a la hora y media. Es todo absurdo, todo exagerado.
Pero en el fondo Justin me da pena. Cuando tenga un poco más de madurez (esto es, cuando le dejen de dar esa "sustancia mágica" que hace que este cantante de 17 años parezca un niño de Primaria, de esos que todavía no han cambiado la voz y conservan caras de buenos, de angelitos), se arrepentirá de todo el paripé que se ha montado todo este tiempo a su alrededor. Además, no creo que este chico sea nada más que un niño al que su madre quiso sacar un buen partido; y lo consiguió; no creo que muchas madres puedan afirmar que sus hijos les hayan aportado tanto dinero.
Pero el caso es que, aunque no habría estado mal acudir a tal evento, he preferido elegir otro plan mucho más maduro: ver, de nuevo, Toy Story 3 (esta vez en casa de una amiga que todavía no había visto esta maravilla de Pixar). De esta peli creo que no hay nada que pueda decir que no dijese ya en aquel 'post' que hice cuando la vi en el cine. Pero puedo añadir algo que se me olvidó (sin justificación alguna) decir la última vez: el corto que acompaña a esta película (porque, como supongo que ya sabéis, antes o después de todas las películas de Pixar hay un corto) es magnífico.
Se llama Day & Night y me parece que es inmejorable. No lo digo por decir, lo digo con total conciencia de mis palabras. Y esto es raro, porque puedo decir de muchas cosas que son buenas, pero inmejorables (que alcanzan la perfección) son muy poquitas... caben en los dedos de una mano. Y el pulgar de esa mano podría estar ocupado por este genial corto.
Lo he buscado en youtube y lo he encontrado (aunque está invertido, no sé por qué). A ver si os gusta... A mí me parece maravilloso.
"Fear of the unknown.
They are afraid of new ideas.
They are loaded with prejudices, not based upon anything in reality, but based on... if something is new, I reject it immediately beacuse it's frightening to me. What they do instead is just stay with the familiar.
You know, to me, the most beautiful things in all the universe, are the most mysterious."
8 comentarios:
¡Sí! Me encanta ese cortoooo, aunque en el cine el rollo de película de pronto se quedó calada, y nos lo pusieron de nuevo a la mitad, volvimos a empezar. Los cines de Alcalá, que son así de guays jajaja
;)
Es fantástico :)
Como mola este corto. Por cierto, creo que todavía me gustó mas ToyStory3 que la 2 o la 1, y eso ya es mucho. Besos.
Bea... bueno, si a pesar de todos esos percances este corto te dejó un buen sabor de boca, es que es realmente bueno, ¿no?
María... ¡sí que lo es!
Johnny... a mí las tres películas me encantan, no sabría con cuál quedarme creo. Aunque la que más me ha emocionado (no sé si porque la he visto siendo más mayor o porque realmente es la que más emociona) es Toy Story 3. Algún día tengo que ponerme a ver las tres películas seguidas... eso sí que sería un día fantástico.
¡Gracias a los tres por comentar!
Besos
Lo mas genial de todo es el mensaje del corto, y tienes razón, no puede haber otras palabras u otras imágenes mejores.
Y.. ami no me da pena Justin, como podemos comprobar… lo que se puede hacer por dinero.. Lo de la madre es peor que si le hubiese vendido… de hecho lo hace, y cada vez por más dinero.
Ya, la madre debe estar muy orgullosa de su niño... ha conseguido enamorar a niñas de todos los lugares del mundo...
Qué triste...
Creo que el joven Bieber no alcanzará nunca la madurez, porque no le dejarán. Están fabricando un imbécil integral que no podrá tener una percepción real de mundo.
Mucho más real es el corto de pixar...
cojonudo, por cierto.
Tienes razón, tanto en lo de Bieber, como en lo del corto.
Gracias por pasarte, Sergio. ¡Y bienvenido a Via Trieste!
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